Pasaron los días hasta convertirse en semanas, mientras acudía al club de frontón compuesto por mi primo Larry y yo por supuesto, sin duda que gracioso. Mientras jugábamos la recordaba no existía un segundo en el cual su hermosos ojos aparecieran en mi mente, sus dulces labios y su hermoso cabello como el de un ángel.
En breves pausas del partido, Larry se tomaba la molestia de realizar llamadas y que causalidad tan grande en este pequeño mundo, era a ella a quién con tanta alegría el llamaba lo veía tan feliz que cada día hacia que yo dejará de pensar en ella por la sonrisa que notaba en él.
Llegó navidad y alegría para todos; pero para mi no lo fue, me faltaba ella, me faltaba ver su alegría y compartirla con ella, así que sin pensarlo cogí el teléfono para realizar la llamada... Pero no me atreví a marcar su número, quizá fue el miedo a su respuesta después de aquella última conversación que tuvimos.
Creo que esta mejor sin mi, y así pensé que fue, ella por su lado se iba olvidando de mi, como lo hacen las personas que sufren de alzheimer o lagunas mentales. Llego año nuevo y no tenía la menor idea de donde podía encontrarse, vi a mi primo que tomaba su celular para realizar nuevamente su llamada inesperada. Bueno ya sin remedio tenía que guardarme mis sentimientos y seguir adelante como si nunca la hubiese conocido y así llego Febrero el famoso mes de los enamorados, se podía ver cada pareja andar cogidos de la mano, entre besos y abrazos, me sentía distinto a todos ellos puesto que la pase muy solitario sin ganas de salir y ver como me iría en el transcurso del día. Ya no me importaba.
Anterior Continuación
Anterior Continuación