Hablar de riqueza no es hablar de la cantidad de dinero que ganas o que puedes lograr llevar a casa, sino en los activos y patrimonios que posees.
Viéndolo desde un punto de vista a través del ejemplo entre un vagabundo y un profesional letrado, el profesional se levanta 6:00 a.m. para poder cambiarse ir elegante a su oficina, llegar a tiempo, poder desayunar, toma taxi, bus, entre otros. Durante todo el día debe soportar el mal humor del jefe, la atención de clientes insatisfechos, maniobras para poder resolver a tiempo sus trabajos, vuelve a casa debe lidiar con los hijos y así durante todo el mes. Pero llega fin de mes y se da cuenta que entre manos no tiene ni un penique. sin embargo el vagabundo se levanta a las 10:00 a.m., aún mantenido por la madre, le sirve el desayuno, sale a andar por la calle, consigue una y otra chica para satisfacer sus deseos carnales, y todo esto durante todo el mes. Y al igual que el profesional tampoco tiene ni un penique.
Saber administrar dinero es el primordial objetivo en la vida del hombre, recuerda que deberás mantener a una familia, y eso no se hace con el aire. Deberás saber en que gastar y como gastarlo, ahorrar o invertir para poder incrementar los ingresos de una manera activa o pasiva.
Déjate de darte los gustos que antes hacías quizá mañana necesites de ese dinero para poder ayudarte a ti mismo, no ser conformista y en tiempos libres demostrar que tienes el talento para poder obtener algo más.
No es el fracaso lo que hace que seas una persona sin futuro, sino el conformismo. Aquello que evita que puedas conseguir lo que deberías. Si supieras el verdadero talento que llevas dentro no estarías lamentándote cada fin de mes que llega, sino estarías feliz de que llegue porque conseguiste más que el mes anterior y así mejorando cada vez más...
Si ahorrarías tan sólo el 10% de tu sueldo por cada mes y lo pones a plazo fijo por 15 años, con un interés de sólo 11% anual. Imagínate cuanto sería lo que recaudarías luego para un posible apoyo extra.
Sólo piénsalo y aprende a manejar el efectivo, no te dejes llevar por tarjetas de crédito; que si no pagas estarías mal gastando fácilmente tu dinero.