Ingrese a la sala de computo; aún estaba anonadado, llegue tarde pero como era de costumbre la zona horario no se respetada. Tuvimos que esperar casi treinta minutos, de haberlo sabido aún estaría conversando con ella.
Llego el momento de la exposición, para la mala suerte del equipo nuestro proyecto no funcionó. Sólo se que el jurado anunció el termino de nuestra presentación cuando por obra de Dios, después de tantos pedidos comenzó a funcionar. Fue uno de los días más emocionantes porque fue el mejor trabajo que el ciclo había presentado.
Pasaron los meses mientras nuestras conversaciones se hacían más amenas; ya podía llamarla y ella a mi igual, ya por llegar a mi onomástico, recuerdo que me fui a jugar frontón con un primo mío. Él tenía el dote de deportista pues era mucho mejor que yo, siento admitirlo pero así fue.
Regrese alrededor de las 5:30 p.m., a paso lento como quien descansa de tremendo partido de casi dos horas corridas. Recibí una llamada...
Yo: Aló.
Ella: Hola Estephano.
Yo: Que tal como te va?
Ella: Muy bien gracias, estás en tu casa.
Yo: Si, claro acabo de llegar.
Ella: Por donde vives?
Entonces le indiqué el camino, llego con una amiga. Pensé poder platicar más con ella, pero entre manos traía una bolsa de regalo, jamás nadie había echo tal cosa por mi. Me dejo más que emocionado, está señorita lo tenía todo, pero no contaba con que iba a suceder algo inesperado; pues también así como capto toda mi atención lo hizo de alguien más...