El equipo de robotistas de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de la Universidad de Harvard y el Instituto Wyss para la Ingeniería Biológicamente Inspirada, adscrito a dicha universidad, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, sigue impresionandonos con los nuevos aportes y mejoras que van mostrando con sus robots insectoides con sólo el tamaño maximo a la de un clip para adjuntar documentos y con el peso de tan sólo una décima del gramo. Pero ello no impide que el enorme mecanismos de estos diminutos amigos les impida volar, el único inconveniente es que para hacer posible todos sus movimientos aún necesitan de energía a través de comunicación cableada, consecuencias debido que no existe componentes de almacenamiento de ese tamaño que sea efectivo y pueda instalarse al robot, y volar sin independencia.

Para su control, los robots también dependen todavía de un cable conectado a un ordenador, aunque un grupo dirigido por Gu-Yeon Wei y David Brooks está trabajando en un "cerebro" computacionalmente eficiente que pueda ser instalado en el cuerpo del robot.

Los robots grandes pueden moverse mediante motores electromagnéticos, pero a esta escala tan pequeña hay que recurrir a estrategias alternativas. Este diminuto modelo de robot bate sus alas mediante accionadores piezoeléctricos (bandas de cerámica que se expanden y contraen cuando se aplica un campo eléctrico).

Minúsculas bisagras de plástico sirven de articulaciones en los cuerpos de los robots.

Entre las aplicaciones potenciales de estos singulares robots, figuran la vigilancia medioambiental y operaciones de búsqueda y rescate.

Una vez perfeccionados estos robots, podrán lograr grandes cosas, entre rescates en lugares donde el hombre esta expuesto a peligros grandes e inaccesibles, a observaciones militares para estrategias ventajosas, dependiendo de quién use este artilugio tecnológico (ver artículo de la tecnología un mal necesario).

El mercado de divisas (también conocido como Forex, abreviatura del término inglés Foreign Exchange) es un mercado mundial y descentralizado en el que se negocian divisas. Este mercado nació con el objetivo de facilitar el flujo monetario que se deriva del comercio internacional. El volumen diario de transacciones que lleva a mover alrededor de 4 trillones de dólares estadounidenses (USD)1 al día ha crecido tanto que, en la actualidad, el total de operaciones en moneda extranjera que se debe a operaciones internacionales de bienes y servicios representan un porcentaje casi residual, debiéndose la mayoría de las mismas a compraventa de activos financieros.2 En consecuencia este mercado es bastante independiente de las operaciones comerciales reales y las variaciones entre el precio de dos monedas no puede explicarse de forma exclusiva por las variaciones de los flujos comerciales. El oro ha sido dinero por 5,000 años y jamás ha dejado de serlo. En la actualidad, en la Tierra sólo hay suficiente oro para que cada persona tenga 1/3 de onza. En el transcurso del tiempo y en la historia de la humanidad, el oro se ha revalorizado para valer más que todas las monedas en exceso en la circulación. Hoy en día, para respaldar todos los dólares de los EE.UU. impresos por la Reserva Federal, el oro tendría que ser revaluado a 15.000 dólares por onza. En tiempos de crisis, el oro es la inversión más segura y también tiene el mayor potencial para aumentar su riqueza. El oro es una inversión totalmente privada y anónima que es también muy fácil de transportar. ¿Por qué comprar Plata? En la actualidad, en la Tierra hay menos plata de grado de inversión disponible para los inversionistas, que de oro. En la actualidad, sólo hay suficiente plata en la Tierra de grado de inversión para que cada persona tenga 1/14 de onza. La plata es el 'metal milagroso'. Sólo es superado por el petróleo como la materia prima más útil del mundo. Además de ser dinero, la plata tiene miles de usos esenciales en la industria. La plata es el mejor conductor eléctrico, el que mejor resiste a las temperaturas y el metal que mejor refleja en el planeta, que no tiene sustitutos conocidos. Durante los últimos 30 años el mundo ha consumido más plata que la que ha sido extraída. Los inventarios de hoy en día están cerca de los niveles más bajos de todos los tiempos.