Estephano y Camila - Una historia de amor / Parte 8

Entre caricia y risas fuimos entrando en la onda, mientras miraba sus suaves y carnosos labios me volvía como loco por tenerlos; susurraba a su oído mientras mi respiración se aceleraba des considerablemente, era de esperarse. Sólo pregunte puedo robarte un beso, obteniendo como respuesta un haber inténtalo.

Me atreveré a decir que lo hice de la mejor manera a mi parecer, sin embargo no fue así, me aleje de ella porque sentí una especie de negación; que sucede me dije, entonces escuche su suave vos decirme, ¿qué, así besas? fue el momento más espantoso de mi vida, pues ha decir verdad fue la única que me dio tremenda crítica.

Me quede helado y perplejo, quería que la tierra me tragase junto con cada mínima molécula de mi ser; a partir de ahí era toda una anécdota recordarla con ella ésta grande experiencia la llamábamos los besos de caracol. Retomando el contenido de ese momento tan inusual, ella atrevió a decir ven te mostraré como se hace, y vale que tenía razón junte mis labios junto a los de ella, y fue mucho más fantástico que en la primera ocasión, desde ahí sus labios se volvieron mi vicio más necesario...

Si se lo que estas pensando, cometí un error al besarla, no porqué en si era un error sino porque era prohibida. Recuerda ella estaba de enamorados con un joven de su ciudad llamado Raphael, me sentí culpable pero feliz de tenerla entre mis brazos cogida de la cintura para no dejarla ir tan fácilmente, después de todo yo la amaba.

Seguimos riendo sin más que necesitar el uno del otro que abrazos y besos de intermedio, mire el reloj; ella tenía que regresar a casa de su enamorado, pues habían quedado salir a pasear, era alrededor de las 10:00 p.m. no había excusa que dar.

Fui a dejarla, la vi bajar y sentí una tristeza desgarradora en el alma, que no permitía verla ir... Pero tenía que ser así; al volver a mi casa le envié un mensaje, despidiéndome de ella y dándole las gracias por tan maravillosa noche. Pero la culpa en mi cabeza no me dejo dormir!

El mercado de divisas (también conocido como Forex, abreviatura del término inglés Foreign Exchange) es un mercado mundial y descentralizado en el que se negocian divisas. Este mercado nació con el objetivo de facilitar el flujo monetario que se deriva del comercio internacional. El volumen diario de transacciones que lleva a mover alrededor de 4 trillones de dólares estadounidenses (USD)1 al día ha crecido tanto que, en la actualidad, el total de operaciones en moneda extranjera que se debe a operaciones internacionales de bienes y servicios representan un porcentaje casi residual, debiéndose la mayoría de las mismas a compraventa de activos financieros.2 En consecuencia este mercado es bastante independiente de las operaciones comerciales reales y las variaciones entre el precio de dos monedas no puede explicarse de forma exclusiva por las variaciones de los flujos comerciales. El oro ha sido dinero por 5,000 años y jamás ha dejado de serlo. En la actualidad, en la Tierra sólo hay suficiente oro para que cada persona tenga 1/3 de onza. En el transcurso del tiempo y en la historia de la humanidad, el oro se ha revalorizado para valer más que todas las monedas en exceso en la circulación. Hoy en día, para respaldar todos los dólares de los EE.UU. impresos por la Reserva Federal, el oro tendría que ser revaluado a 15.000 dólares por onza. En tiempos de crisis, el oro es la inversión más segura y también tiene el mayor potencial para aumentar su riqueza. El oro es una inversión totalmente privada y anónima que es también muy fácil de transportar. ¿Por qué comprar Plata? En la actualidad, en la Tierra hay menos plata de grado de inversión disponible para los inversionistas, que de oro. En la actualidad, sólo hay suficiente plata en la Tierra de grado de inversión para que cada persona tenga 1/14 de onza. La plata es el 'metal milagroso'. Sólo es superado por el petróleo como la materia prima más útil del mundo. Además de ser dinero, la plata tiene miles de usos esenciales en la industria. La plata es el mejor conductor eléctrico, el que mejor resiste a las temperaturas y el metal que mejor refleja en el planeta, que no tiene sustitutos conocidos. Durante los últimos 30 años el mundo ha consumido más plata que la que ha sido extraída. Los inventarios de hoy en día están cerca de los niveles más bajos de todos los tiempos.