Porciones del meteorito Sutter's Mill empleadas en el estudio (Foto: Universidad Estatal de Arizona)
En 1848, en un lugar cercano a Coloma (California) la cuadrilla de trabajadores contratada por el alemán John Sutterconstruía un aserradero de madera. Aquel año, el capataz de la cuadrilla, llamado John Marshall le enseñó al alemán una pepita dorada encontrada durante las obras. Acababa de nacer la fiebre del oro en California. Al lugar se le conoce hoy como Sutter's Mill y la casualidad ha hecho que en ese mismo escenario, la recuperación de otra roca fragmentada en más de 75 pedazos vuelva a ocupar los titulares de los periódicos.
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¿Oro de nuevo? No, se trata de una condrita carbonácea proveniente del espacio que entró en la atmósfera terrestre en la madrugada del 22 de abril del año pasado provocando una vistosa bola de fuego. Los científicos que la recuperaron no han sido muy originales a la hora de bautizar al meteorito, se le conoce simplemente como meteorito de Sutter's Mill y pese a que parecía bastante común cuando fue recuperado, los resultados obtenidos tras su estudio han sorprendido mucho a la comunidad científica.